sábado, febrero 24, 2007

De Dar Sai y los darsh, por Joinville Akers.

"Las danzas de látigo de darsh constituyen una forma de arte altamente estructurada. Lo afirmo categóricamente y sin el menor ambague, tras haber dedicado considerablemente tiempo al tema. Una forma artística brutal y repelente, desde luego; una forma artística que toma como base toda una serie de aberraciones sexuales, por ejemplo, pederastia, flagelación, sadomasoquismo, voyeurismo, exhibicionismo... Todo está permitido. Una forma artísitca por la que no siento una personal atracción, aunque a veces ejerce cierta horrible fascinación.Las complejidades de la danza del látigo excluyen a los no iniciados. Quien maneja el látigo, durante su práctica ordinaria, no suele herir o infligir dolor a los bailarines, pese a las apariencias. La mayor parte es espectáculo, como en otras parecidas actividades espantosas. A los ojos de un extraño, el material temático parece repentino y limitado, y casi siempre depende de una premisa sencilla, comprobada y cierta: el flagelante y su acompañamiento de traviesos, revoltosos e insubordinados acólitos. Sin embargo los hombres darsh consideran las variaciones sobre el tema complejas, sutiles, a menudo ingeniosas, a menudo divertidas, y jamás se cansan de ellas. Las mujeres darsh, por el contrario, observan estos espectáculos con despreciativa indiferencia, y lo consideran una faceta más de la fatuidad masculina."

Jack Vance "El Rostro"