miércoles, febrero 13, 2008


"Para asegurar una gestión eficiente y enérgica, el cargo de director
ejecutivo recaerá en la persona o entidad que posea el mayor número de acciones.
La subdirección recaerá en la persona o entidad que posea el segundo mayor
número de acciones. La subsubdirección recaerá en la persona que posea el tercer
mayor número de acciones. En todos los casos, la cualificación mínima será
poseer, al menos, el veinticinco por ciento de las acciones existentes. Los
otros accionistas votarán en proporción a la cantidad de acciones que posean
para elegir un consejo asesor, cuya labor será la de aconsejar e informar al
director para llevar a cabo operaciones eficientes y provechosas."
Circulan
4820 acciones; bastan 2411 para acceder a la mayoría. Según la Agencia
Interplanetaria, el mayor accionista es:



Ottile Panshaw
Dindar House
Serjeuz (Dar Sai)


Este hombre posee 1250 acciones. El Banco de Chanseth (con sede central en
Twanish, Methel, y una sucursal en Serjeuz) posee 1000 acciones. Un tal Nihel
Cahous, de La Sombra de Inkin (Dar Sai) posee 600 acciones. Adjunto una lista,
más o menos completa, de pequeños accionistas.
El precio de cada acción es de
un céntimo, es decir, las acciones no valen nada. Las acciones que he mencionado
suman un total de 2850. Usted posee 92. Las restantes 1878 se hallan repartidas
entre un centenar aproximado de individuos, en casi todas las sombras de Dar
Sai.
A pesar del casi nulo valor de las acciones, es interesante señalar que
Kotzash posee ahora cuantiosos bienes, incluyendo el control de un par de
filiales: Transportes Héctor (que acaba de recibir una generosa indemnización) y
Explotaciones Mineras Didroxus. Kotzash parecería despreciada de no ser por el
hecho de que el director ejecutivo (y único) es Ottile Panshaw.
La situación
presenta aspectos interesantes, pero yo no me atrevería a estudiarlos más a
fondo. Le deseo buena salud y longevidad, y le conmino a comportarse con
cautela, no sólo por la estima personal que le tengo, sino por interés egoísta,
puesto que me costaría muchísimo encontrar un trabajo tan bien
remunerado.
Respetuosamente suyo, J.A.

Gersen guardó la carta, se reclinó en la silla y se sumió en sus pensamientos. El camino a Lens Larque pasaba por Ottile Panshaw, y tal vez por la Compañía Kotzash. La situación en aquel momento era tranquila y serena, como un estanque en un día calmado. El gran pez reposaba oculto bajo reflejos cristalinos. Para obligarle a moverse, a atacar, a exponerse a la luz, habría que agitar las aguas.