domingo, diciembre 23, 2007

Al instante, el calor azotó su rostro. Entornó los ojos para protegerlos de la claridad, y se dirigió hacia la pared de agua. Cuatro darsh surgieron a través de la cortina a bordo de ruinosos vehículos que rodaban sobre cuatro globos de aire. Conducían con extremo plambosh saltando y rebotando, las blancas túnicas flotando a sus espaldas. Llevaban la cara cubierta con thabatts, a excepción de un hemisferio de metal sobre los ojos que les daba aspecto de insectos blancos. No prestaron atención a Gersen y casi lo arrollaron; Gersen saltó a un lado y les insultó en voz alta, sin resultado. Los cuatro iban hacia el norte, en dirección al resplandor de un solitario parasol recortado contra el horizonte.
Gersen cruzó la cortina de agua y penetró en una jungla de vegetación que crecía en hacinadas artesas de unos quince metros de altura. El camino pasaba por debajo, bordeaba un par de almacenes abombados y teminaba en una confusión de pequeñas cúpulas de resistentes paredes de hormigón, altas, bajas, grandes y pequeñas; cúpulas amontonadas sobre otras cúpulas, cúpulas pegadas o brotando de otras cúpulas; cúpulas en grupos de tres, cuatro, cinco o seis. Eran las llamadas "campanas", las residencias de los darsh, construidas con un estilo arquitectónico tosco, vital y apropiado al medio ambiente, como los propios darsh. La vegetación rodeaba a las campanas por todas partes. Por las callejuelas paseaban niños pequeños. Gersen reparó en un grupo de muchachos que jugaban a pelearse y a empujarse; una variación infantil del hadaul.
Gersen eligió lo que parecía una avenida principal, y luego pasó del primer parasol al segundo, todavía más soberbio y lujoso, que encerraba un enorme volumen de espacio refrigerado.
La avenida se abría en una plaza rodeada de cúpulas de hormigón y vidrio construidas en un estilo medio darsh, medio galáctico-interplanetario. Las más grandes albergaban el Banco de Chanseth, el Banco de Inversiones Mineras, el Gran Banco de Dar Sai y un par de hoteles, el Sferinde Select y el Traveler's Inn. Tres restaurantes daban a la plaza, el Sferinde Garden, el Traveler's Inn Garden y el Olander. El Traveler's Inn Garden, emplazado audazmente bajo limoneros, placamineros y aniseros, atraía a comensales muy variados: turistas, viajantes de comercio, hombres del espaio y algunos darsh. El Olander, en el extremo más alejado de la plaza, sólo servía a los darsh.
El Sferinde Select parecía el hotel más grande, caro y confortable de todos. El Traveler's Inn, aunque quizá más tranquilo, tenía un aspecto descuidado. Gersen volvió a examinar a los clientes del Sferinde Garden, gente atractiva de cabello negro, tez olivácea y facciones regulares. Vestían ropas singulares, de un estilo desconocido para Gersen; como el propio Sferinde Select, no encajaban en el ambiente de Dar Sai. A Gersen le resultaba más fácil imaginárselos en algún lugar elegante de otro planeta, en un tiempo muy alejado en el pasado o en el futuro.
Intrigado, Gersen decidió alojarse en el Sferinde Select. Cruzó la plaza y atravesó el restaurante ajardinado. Los clientes interrumpieron sus conversaciones y se volvieron para mirarle con fría curiosidad, que él consideró poco halagadora.
Entró en el vestíbulo, que ocupaba la totalidad de la planta baja. Un árbol de hojas negras y anaranjadas brotaba de un estanque central; pequeñas criaturas semejantes a pájaros saltaban de rama en rama. se sumergían en el estanque y volvían a surgir, emitiendo dulces sonidos que recordaban el de la flauta. Gersen se acercó a la recepción. El empleado, un joven cetrino de semblante severo, dedicó una rápida mirada de soslayo a Gersen y luego dedicó su atención al libro de registro.
-Haga el favor de llamar al encargado de la recepción -dijo Gersen con voz suave-. Quisiera una habitación, o mejor, una suite.
-Nos es imposible ofrecerle acomodo -respondió el empleado en tono monótono-. Estamos al completo. Pruebe el Traveler's Inn, o en el Olander.
Sin una palabra, Gersen dio media vuelta y salió del Sferinde Select. La gente congregada en el jardín no pareció fijarse en él. Cruzó la plaza hacia el Traveler's Inn, un hotel de características muy distintas al Sferinde Select. El Traveler's Inn había sido construido al estilo darsh, con absoluta confianza en la inspiración improvisada. Las tres hileras curvas de arcos parabólicos, las ocho cúpulas que se entrecruzaban, las rotondas, galerías elevadas y balcones habían sido ensamblados con audacia y proporcionaban al edificio un definitivo aire de plambosh. Un pasillo de compactas paredes conducía al vestíbulo, más práctico que suntuoso. Un hombre delgado, de mentón estrecho y larga barbilla, trabajaba tras un mostrador circular. Recibió a Gersen con un saludo cortés aunque rutinario.
-¿Qué desea, señor?
-Una suite, la mejor posible. Tengo la intención de quedarme varios días, una semana o quizá más.

Jack Vance "El rostro"