domingo, noviembre 20, 2005

Desde un videófono público llamó a la Compañía de Inversiones Bramar.
-Henry Lucas desea hablar con el señor Addels.
-Un momento, señor Lucas.
Addels apareció en la pantalla.
-¿Señor Lucas?
Gersen permitió que su imagen fuera visible.
-¿Todo va bien?
-Tanto como cabía esperar. Mis únicos problemas provienen del inmenso caudal de dinero. Su dinero. -Addels esbozó una sonrisa-. Pero poco a poco me voy organizando. Por cierto, la Radian Publishing Company ya es nuestra. A causa de las circunstancias que le mencioné anteriormente, la compra no ha supuesto un gran desembolso.
-¿Alguien ha hecho indagaciones? ¿Alguna pregunta, algún rumor?
-Ninguna, que yo sepa. Zane Publishing Company compró Radian; Irwin & Jeddah son los dueños de Zane, y a su vez pertenecen a una cuenta corriente del banco de Pontefract. La cuenta corriente está a nombre de inversiones Bramar. ¿Quién es Inversiones Bramar? Por lo visto, soy yo.
-¡Bien hecho! Un trabajo magnífico.
-No me cansaré de repetirle que invertir en Radian me parece un error, al menos si partimos de la base de su rendimiento anterior.
-¿Por qué han perdido dinero? Todo el mundo lee Cosmópolis. Lo veo en todas partes.
-Quizá sea así. De todos modos, la tirada ha disminuido. En realidad, han dejado de lado al lector habitual. La dirección ha intentado complacer a todo el mundo, incluidos los patrocinadores; la revista ha perdido su encanto.
-Se me ocurre un remedio para esta situación. Contrate a un nuevo director, un hombre que posea imaginación e inteligencia. Hágale revitalizar la revista sin hacer concesiones a los patrocinadores ni a la tirada, sin reparar en gastos. Cuando la revista haya conseguido recuperar su prestigio, patrocinadores y ventas volverán a toda prisa.
-Trataré de hacer lo que me dice -dijo Addels con sequedad-. No estoy acostumbrado a manejar millones como si fueran miles.
-Yo tampoco. El dinero no significa nada para mí... aparte de su enorme utilidad. Otra cosa: advierte al redactor jefe de Cosmópolis (me parece que se halla en Londres) que un hombre llamado Henry Lucas irá a trabajar al equipo de redactores. Dígale que es un empleado de la Zane Publishing, por ejemplo. Entrará en nómina como escritor especializado, que trabajará cuándo y dónde elija sin que nadie le coarte.
-Muy bien, señor. Haré lo que me pide.

Jack Vance "El palacio del amor"