viernes, agosto 18, 2006

Gersen encontró en Atar su Pharaon tal como lo había dejado. Mario, Wible y da Nossa tenían sus propias naves; los otros invitados continuaron su viaje al Oikumene en la nave que Viole Falushe había puesto a su servicio. Navarth y las tres Drusillas embarcaron en el Pharaon. Gersen les condujo hasta New Wexford y les acompañó hasta el paquebote que enlazaba con la Tierra.
-Le enviaré dinero -dijo a Navarth-. Será para las chicas. Asegúrese de que se educan correctamente.
-Hice lo que pude con Zan zu. Es una chica educada. ¿Qué hay de malo en ella? Las otras necesitarán más cuidados.
-Exactamente. Cuando vuelva a la Tierra iré a visitarles.
-Bien. Nos sentaremos en el puente de mi barco vivienda y beberemos del mejor vino.
Navarth le dio la espalda. Gersen retuvo el aliento y fue a despedirse de Drusilla Wayles. Ella se apretó contra su cuerpo y le cogió las manos.
-¿Por qué no puedo venir contigo? No me importa adonde vayas.
-No te lo puedo explicar. Ya lo intenté una vez, sin éxito.
-Sería diferente.
-Sé que tú lo eres, pero habría graves problemas. No puedo llevarte conmigo.
-¿Te veré algún día?
-No lo creo.
-Adiós.
Drusilla dio media vuelta y se alejó.
Gersen quiso ir tras ella; luego lo pensó mejor y tomó su propio camino.

Jack Vance "El Palacio del Amor"