jueves, julio 13, 2006

-¿Quién es, pues, Drusilla, la joven que dejó bajo la custodia de Navarth? ¿Jheral Tinzy?
-Ella es la que es. Cometió un terrible error. Ella fracasó, Navarth fracasó, tenía que haberla educado convenientemente. Es frívola, casquivana; mantuvo relaciones con otros hombres, y servirá para lo que sirvió Jheral Tinzy. Así será, por siempre jamás, hasta que haya expiación, hasta que me sienta aliviado y completo. A estas alturas, la cuenta es enorme. ¡Treinta años! ¡Piense en ello! -La voz de Viole Falushe vibró y se quebró-. ¡Treinta años rodeado de belleza, e incapaz para gozar de ella! ¡Treinta largos años!
-No me atrevería a darle ningún consejo -dijo Gersen con cierta sequedad.
-No necesito consejos, y todo lo que le estoy diciendo es, por supuesto, confidencial. Sería ingrato por su parte publicarlo. Me sentiría dolido y exigiría satisfacción.
-¿Qué es lo que puedo publicar?
-Lo que quiera, en tanto no me calumnie.
-¿Y los demás aspectos de este lugar? ¿Qué ocurre, por ejemplo, al otro lado del vestíbulo.
Viole Falushe le examinó un momento. Gersen podía sentir, aunque no ver, el fuego de sus ojos.
-Éste es el Palacio del Amor -dijo con voz suave-. Estoy interesado en el tema, incluso fascinado, especialmente en el mecanismo de la sublimación. He puesto en marcha un elaborado programa de investigación. Exploro las emociones en circunstancias artificiales y arbitrarias. No me apetece discutir del asunto ahora. Tal vez dentro de cinco o diez años publique un resumen de mis hallazgos. Darán que hablar.
-Con respecto a las fotografías de la antesala...
-¡Basta! -Viole Falushe se puso violentamente en pie-. Hemos hablado demasiado; me siento incómodo. Usted lo ha provocado, y he preparado una incomodidad similar en su honor, que conseguirá tranquilizarme. A partir de ahora, precaución y discreción. Aproveche su tiempo, porque en breve plazo volverá a la Realidad.
-¿Y usted? ¿Va a quedarse aquí?
-No. Yo también me iré del Palacio. Mi trabajo ha terminado y me espera una importante misión en Alphanor, que podría cambiar... Sea tan amable de regresar al vestíbulo. Mi amigo Helaunce le espera.
Debía de ser el hombre de ojos claros. Poco a poco, mientras Viole Falushe le vigilaba desde la pantalla, Gersen fue hacia la puerta. El hombre de ojos claros aguardaba en el vestíbulo. Portaba un objeto semejante a un mayal; una vara rematada por un grupo de cuerdas. En apariencia no llevaba más armas.
-Desnúdese -dijo Helaunce-. Va a recibir su castigo.

Jack Vance "El palacio del amor"