jueves, diciembre 22, 2005

-¿Viole Falushe es poeta también?
-Su arte no estriba en las palabras.
-¿Adónde va Viole Falushe cuando visita la Tierra? ¿Viene aquí?
-Ése es un pensamiento desafortunado.
-¿Adónde va, entonces?
-Aquí, allá, a cualquier lugar. Es esquivo como el aire.
-¿Cómo se citan?
-Nunca lo hago. Me visita en ocasiones.
-¿Hace mucho de la última?
-Sí, sí, sí. ¿No lo he dejado bien claro? ¿Por qué está tan interesado en Viole Falushe?
-Responderle sería tanto como afligirle con un hecho -sonrió Gersen-, pero no es ningún secreto. Represento a la revista Cosmópolis y me gustaría escribir un artículo sobre su vida y sus actividades.
-Hum. A Viole Falushe le pierde la vanidad. ¿Por qué no preguntárselo directamente?
-Me gustaría hacerlo, pero primero he de ponerme en contacto con él.
-Nada más fácil, con tal de que pague una pequeña cantidad.
-¿Por qué no? No reparo en gastos.
Navarth se puso en pie de un brinco, lleno de entusiasmo.
-Necesitaremos una joven bella y virgen. Debe despedir un cierto destello, una sensibilidad, fervor e ímpetu especiales. -Dejó vagar su mirada como si buscara un objeto perdido. Espió a la joven que Gersen había visto en el muelle el día anterior, sentada en el mismo lugar. Navarth se llevó los dedos a los labios, emitió un silbido agudo y le hizo señas a la chica de que se acercara-. Ella servirá.
-¿Es ésta la joven virgen centelleante? Parece más bien un golfillo.
-Ja, ja -graznó Navarth-. ¡Ya verá! Soy débil y caquéctico, pero soy Navarth; a pesar de mi vejez, las mujeres florecen cuando las toco. Ya verá.
La joven subió a bordo del barco vivienda y escuchó el programa de Navarth sin hacer comentarios.
-Saldremos a cenar. No repararemos en gastos, nos deleitaremos con lo mejor de lo mejor. Atavíate con sedas, joyas, con tus más delicados perfumes. Este caballero es rico, el más admirable de todos los hombres.

Jack Vance "El palacio del amor"