viernes, noviembre 25, 2005

El director gerente era un hombre obeso que mantenía apretados los labios en una mueca de preocupación.
-Sí, señor Lucas, la señora Neutra acaba de llamarme. Según tengo entendido, viene recomendado por el nuevo propietario.
-Nos conocemos desde hace mucho tiempo, pero lo que necesito en este momento es algún tipo de credencial que, en caso necesario, demuestre que soy un empleado de Cosmópolis.
El director gerente habló por el interfono.
-Cuando salga, pase por el departamento 2A y le entregarán su tarjeta. -Se reclinó perezosamente en su silla-. Será usted una especie de reportero ambulante, sin que nadie le pida cuentas. Un empleo estupendo, si me permite expresarle mi opinión. ¿Sobre qué piensa escribir?
-Un poco de todo; lo que salga.
El rostro del director gerente mostró una gran consternación.
-¡No se puede escribir un artículo para Cosmópolis así como así! Programamos con meses de antelación los temas. Utilizamos las encuestas sobre la opinión pública para averiguar los intereses básicos de la gente.
-¿Cómo pueden saber lo que les interesa si no lo han leído? Los nuevos propietarios piensan prescindir de las encuestas.
-¿Y cómo sabremos lo que conviene escribir? -preguntó con tristeza el director gerente.
-Tengo algunas ideas. Por ejemplo, el Instituto nos podría proporcionar material. ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Quiénes son los hombres que han alcanzado los grados ciento uno, ciento dos y ciento tres? ¿Qué información ocultan? ¿Qué hay acerca de Tyron Russ y su máquina antigravitatoria? El Instituto ofrece un conocimiento global. Podríamos dedicar una serie completa al Instituto.
-¿No cree usted que es un poco... digamos, denso? ¿Realmente le interesa a la gente este tipo de noticias?
-Al menos debería interesarle.
-Es muy fácil decirlo, pero no es la forma de dirigir una revista. La gente, en realidad, no desea comprender nada; quieren pensar que han aprendido cosas sin necesidad de profundizar. En nuestros artículos "duros" intentamos introducir claves e indicios, con el fin de que puedan hablar de algo en las fiestas. Pero sigamos... ¿qué más ideas tiene?
-He estado pensando en Viole Falushe y el Palacio del Amor. ¿Qué sucede exactamente en ese lugar? ¿Cuál es el auténtico rostro de Viole Falushe? ¿Qué nombre utiliza cuando sale de Más Allá? ¿Quiénes son sus invitados en el Palacio del Amor? ¿Cómo se divierten? ¿Desean regresar?
-Un tópico interesante -admitió el director-. Algo llamativo, quizá. Preferimos apartarnos del sensacionalismo y de, digamos, las facetas desagradables de la realidad. Yo también me he preguntado a menudo sobre el Palacio del Amor. ¿Por qué existe? Por los motivos habituales, supongo. Pero nadie lo sabe con certeza. ¿Qué más?
-Con esto es suficiente por ahora -Gersen se puso en pie-. Voy a trabajar en esta historia.
-Parece que goza de libertad de acción -dijo el director gerente encogiéndose de hombros.

Jack Vance "El Palacio del Amor"