lunes, agosto 29, 2005

Gersen y Paderbush se sentaron frente a frente.
-Dime -preguntó Gersen-, ¿conoces a un hombre llamado Seuman Otwal?
-He oído mencionar su nombre.
-Es uno de los esbirros de Kokor Hekkus. Ambos tenéis ciertas características en común.
-Es posible que eso sea cierto... tal vez a causa de nuestra relación con Kokor Hekkus... ¿Cuáles son estas peculiaridades?
-La forma de inclinar la cabeza, ciertas gesticulaciones... lo que yo llamaría un aura psíquica. Algo muy extraño.
Paderbush asintió con solemnidad, pero no dijo nada más. Pocos minutos después llamó a la puerta Alusz Iphigenia, que fue invitada a entrar. Su mirada vagó sorpendida de Gersen a Paderbush.
-¿Por qué está ese hombre aquí?
-Considera injusta la soledad de la mazmorra, teniendo en cuenta el hecho de que sus crímenes apenas pueden calcularse en una docena o así.
-Soy Paderbush, Caballero Aspirante del Castillo de Pader; nadie de mi linaje ha rehusado arrebatar una o dos vidas, aun a riesgo de la suya.
-Carrai ya no es tan alegre como antes -dijo Alusz Iphigenia a Gersen-. Algo ha cambiado, algo se ha perdido... quizá dentro de mí. Quiero volver a Draszane, a mi hogar.
-Creí que se estaba preparando una gran fiesta en vuestro honor.
-Tal vez se hayan olvidado. Sion Trumble está enfadado conmigo... o ya no es tan galante como en el pasado. Quizá está celoso.
-¿Celoso? ¿Por qué debería estarlo?
-Después de todo, tú y yo pasamos mucho tiempo solos, el suficiente para levantar sospechas... y celos.
-Ridículo.
-¿Soy tan poco atractiva? ¿Es absurda la mera sugerencia de tal relación?
-De ninguna manera. Todo lo contrario. Pero no podemos permitir que Sion Trumble persevere en su error.
Pidió una hoja de papel para solicitar audiencia a Sion Trumble.
El paje regresó en seguida con la noticia de que Sion Trumble no deseaba ver a nadie.

Jack Vance "La máquina de matar"