sábado, agosto 20, 2005

El Senescal condujo a Gersen al salón en el que había coincidido con el barón, que disfrutaba ahora de la compañía de Alusz Iphigenia. Había otras damas y caballeros de palacio presentes. Alusz Iphigenia miró a Gersen con cierta sorpresa.
-Siempre le conocí como un hombre del espacio. Ahora beo que también puede ser un caballero de Vadrus.
-No he cambiado, si exceptuamos la elegancia del traje. Pero tú... usted...
No encontró palabras para expresar lo que quería decir.
-Me han asegurado que Sion Trumble no tardará en llegar -interrumpió Alusz Iphigenia rápidamente-. Estará con nosotros en el banquete de esta noche.
Gersen se sintió desfallecer. La tentación de negarse a sí mismo era muy fuerte, pero a pesar de sus ropajes no dejaba de ser Kirth Gersen, el superviviente de la masacre de Monte Agradable, condenado de por vida a seguir oscuros caminos.
-¿Es eso lo que te hace feliz... la proximidad de tu prometido? -preguntó en tono ligero.
-Ni siquiera es eso, como sabes bien. Soy feliz porque... ¡pero no! No soy feliz. ¡Estoy a disgusto conmigo misma! -Agitó las manos en el aire-. ¡Mira! ¡Todo esto es mío, si quisiera! ¡Lo mejor de Thamber! Pero... ¿de veras lo quiero? Y aún está Kokor Hekkus, que es impredecible. Y sin embargo no pienso en él... ¿Será que prefiero una vida azarosa... que ya he visto suficiente en los mundos allende Thamber como para sentir su llamada?
Gersen no sabía qué decir. La joven suspiró, le miró por el rabillo del ojo.
-Pero no tengo elección. Aquí estoy y aquí me quedaré. La semana que viene volveré a Draszane... y tú te habrás ido... Te irás, ¿verdad?
-Adónde y cómo me vaya depende de que pueda volver a la nave espacial.
-¿Y luego?
-Y luego... continuaré lo que vine a hacer.

Jack Vance "La máquina de matar"