domingo, junio 26, 2005

-¿Cómo salió de allí?
-En el curso de un ataque a la isla Omad, en la que Kokor Hekkus tiene un espaciopuerto, Sion Trumble capturó una nave espacial pequeña. Leí el Manual del Operador y me pareció muy sencillo manejarla. Cuando Kokor Hekkus declaró la guerra a Gentilly, a menos que mi padre me entregara a él, sólo tuve dos opciones: suicidarme o huir de Thamber. Me decidí por la última. En la nave encontré una Guía de los Planetas. Mencionaba Sasani y describía a Intercambio como el único reducto humano a salvo de criminales. Pero esto es falso: Intercambio practica un doble juego -concluyó con una mirada glacial.
Gersen reconoció el hecho con una mueca y apuró el contenido de su vaso, que volvió a llenar.
-¿Y quién es Sion Trumble?
-El príncipe de Vadrus, en la frontera occidental de Misk. Estábamos comprometidos... Es un valiente soldado, con una hoja de servicios impecable.
-Ya veo -rezongó Gersen-. ¿No recuerda la ruta que siguió de Thamber a Sasani?
-Dispuse los mandos de astrogación en dirección a Sasani, dejando Thamber a mis espaldas. Sólo me acuerdo de eso. ¿No ha encontrado ninguna referencia en su Agenda Estelar o en la Guía de los Planetas?
-Thamber es un mundo perdido. Los que gobernaron Thamber en épocas pretéritas supieron guardar bien el secreto. Carecemos de información... si exceptuamos una canción infantil:

Pon rumbo a la vieja Estrella del Perro,
un punto al norte de Archenar;
lleva tu nave hasta el margen extremo,
enfrente la muerte brilla con el
resplandor de Thamber.

Alusz Iphigenia sonrió débilmente.
-Yo también la conozco. Me la sé entera.
-¿Entera? ¿Es que continúa?
-Ya lo creo. Se ha dejado la mitad. Sigue así:

Pon rumbo a la vieja Estrella del Perro,
un punto al norte de
Archenar;
mueve el timón a estribor hasta divisar
seis soles rojos y uno
azul en el centro.
Sigue adelante y verás a lo lejos
un racimo que pende
cual cimitarra;
lleva tu margen hasta el margen extremo,
enfrente la
muerte brilla con el resplandor de Thamber.

-Bien, bien -dijo Gersen.
Se levantó, caminó hasta la mesa de control, manipuló los mandos y puso en marcha el sistema Jarnell.
-¿A dónde vamos?
-A Sirio... la Estrella del Perro.
-¿Se toma en serio la canción?
-Es el único dato de que disponemos; o me lo tomo en serio, o no hago nada.

Jack Vance "La máquina de matar"