viernes, octubre 28, 2005

Las formalidades de entrada en Aloysius eran tan rigurosas como laxas las de Sarkovy. A una distancia de millón y medio de kilómetros, la 'primera capa protectora', Gersen anunció su intención de tomar tierra, se identificó, dio referencias, explicó las razones de su visita y recibió permiso de acercarse a la 'segunda capa protectora', situada a unos setecientos cincuenta mil kilómetros. Aquí aguardó mientras se estudiaba su solicitud y se comprobaban sus referencias. Luego se le ordenó descender hacia la 'tercera capa protectora', a ciento cincuenta mil kilómetros sobre el planeta, donde, tras una breve espera, se le notificó el lugar de aterrizaje. Las formalidades eran fastidiosas, pero valía la pena observarlas. Si Gersen se hubiera negado a detenerse en la primera capa protectora, las armas antiaéreas habrían apuntado a su nave. De no detenerse en la segunda capa protectora, un cañón Thribolt habría disparado una salva de discos autoadhesivos contra el vehículo. En caso de desdeñar esta advertencia, él y su nave habrían sido destruidos.*
Gersen cumplimentó todos los trámites, recibió la autorización y aterrizó en el espaciopuerto central de Dorgan.

Jack Vance "El palacio del amor"

* Un cañón Thribolt dispara un proyectil hacia su blanco propulsado por inducción Jarnell. Una cabeza sensora se desprende a cincuenta metros por delante del proyectil e incide en la sección más vulnerable del fisionador, en tenue contacto con el espacio ininterrumpido. Al encontrar su objetivo, la cabeza sensora anula el fisionador y activa su carga, al igual que los discos de papel adhesivo o cualquier tipo de explosivos. De hecho, el cañón Thribolt es un arma instantánea que actúa a gran distancia; su efectividad sólo se ve limitada por la precisión de las técnicas de lanzamiento y puntería, pues una vez en vuelo el proyectil no puede cambiar de dirección.
En todos los mundos de tecnología desarrollada se están estudiando intensamente los métodos de guiar los proyectiles Thribolt mediante sensores automáticos, lo que ha contribuido a perfeccionar el arma primitiva. El sistema más prometedor consiste en fijr la distancia del objetivo con un radar convencional y dirigir el proyectil mediante un fisionador durante un breve período, a fin de situarlo cerca del objetivo y lanzarlo sobre él. Se requieren cronómetros muy delicados y seguros, así como una gran prudencia por parte de los operadores, ya que una vez lanzado el proyectil nada puede impedir que colisione con un objetivo inesperado que se cruce en su trayectoria. Los sistemas secundario y terciario no despiertan gran confianza, y se utilizan sólo en circunstancias especiales.