miércoles, mayo 25, 2005

La fortaleza progresaba con satisfactoria rapidez..., hecho que complacía a Patch pero que preocupaba a Gersen, tanto si Seuman Otwal era Kokor Hekkus como si no. En este último caso, ¿cómo podría obligarle a revelar el escondrijo de Kokor Hekkus? La única esperanza de Gersen era que Kokor Hekkus en persona visitara el taller. Si no... Gersen jugaba con la idea de introducir una cápsula secreta en la fortaleza y ocultarse en ella, pero la rechazó: la fortaleza era demasiado pequeña... ¿Podría apañárselas para acompañarles como instructor o experto? Si la fortaleza, en efecto, era enviada a Thamber, se encontraría exiliado de por vida o convertido en esclavo.
Una nueva idea le vino a la mente. Durante unos cuantos días tomó las medidas necesarias para llevarla a cabo. Los impulsos que controlaban el mecanismo motriz de la fortaleza eran enviados a través de un conducto dorsal, que se ramificaba a derecha e izquierda y conectaba con los relés de cada segmento. En el punto en que el conducto llegaba a la cabeza, Gersen colocó un interruptor de bloqueo, activado por células situadas a cada lado de ella. Si el gas de su interior era ionizado -por el impacto de un rayo protector, pongamos por caso- la electricidad que fluiría de las células activaría el interruptor e inmovilizaría la fortaleza durante al menos diez minutos.
Se esmaltó la superficie de la fortaleza. Los mecanismos y circuitos fueron comprobados y ajustados, el movimiento de las patas ensayado con varios tipos de velocidad. Finalmente, la fortaleza quedó terminada a satisfacción de los técnicos. De madrugada, la cubrieron con lonas y la sacaron a la calle para que fuera amarrada a un helicóptero y transportada a un área desierta de los Páramos de Bize Parish, donde se efectuarían algunas pruebas. Patch se sentó con orgullo a los controles y Gersen lo hizo detrás suyo. La fortaleza evolucionó airosamente sobre el terreno escabroso sembrado de arbustos y subió colinas sin vacilar. Se observaron y anotaron pequeñas deficiencias. Pocos minutos antes del mediodía la fortaleza remontó la cumbre de una montaña poco elevada e irrumpió en el campamento de la Asociación para la Vida Natural. Cien amantes de la naturaleza dejaron de comer, levantaron la vista, emitieron simultáneos chillidos de terror y huyeron colina abajo.
-Otro éxito -dijo Gersen-. Ahora sí que podemos garantizar a Kokor Hekkus un óptimo grado de terror, con toda seguridad.
Patch detuvo la fortaleza, la hizo girar y volvió por el camino de ida. Al anochecer estaba otra vez cubierta de lonas y custodiada en el taller.

Jack Vance "La máquina de matar"