viernes, mayo 13, 2005

Gersen tomó las muestras y el boceto y volvió a la habitación que ocupaba como despacho. Los hechos se acumulaban. El planeta en cuestión era una estrella de tipo G8 y tenía una atmósfera de 0,84 G. Las referencias al mundo legendario de Thamber aparecían con peculiar frecuencia... Gersen llamó al SCTU y solicitó que le buscaran las referencias -hipotéticas, ficticias, mitológicas, históricas o las que fueran- para localizar el mundo perdido de Thamber. Media hora más tarde le entregaron una carpeta que contenía varias docenas de extractos, la mayoría carentes de interés. La información más concreta se hallaba incluida en unos versos tradicionales, muy populares en los patios de las escuelas:


Pon rumbo a la vieja Estrella del Perro,
un punto al norte de
Archenar;
lleva tu nave hasta el margen extremo,
enfrente la muerte brilla
con el resplandor de Thamber.

Sólo la información contenida en los dos primeros versos tenía algo de sentido. Nada más se desprendía del estudio de la fortaleza. Gersen decidió que había llegado a un callejón sin salida. En algún lugar del espacio flotaba un mundo en el que Kokor Hekkus planeaba desembarcar un monstruo de metal. Este mundo podía ser el planeta natal de Alusz Iphigenia Eperje-Tokay, que se valoraba a sí misma en diez mil millones de UCL. Este mundo podía ser el Thamber de los mitos. Pero no había forma de saberlo.
Myron Patch apareció en el umbral de la puerta. Su cara redonda estaba tensa y demacrada. Miró un momento a Gersen y luego dijo con voz estentórea:
-Sewman Otwal está aquí.

Jack Vance "La máquina de matar"