sábado, mayo 21, 2005

Volvió a contemplar la fortaleza.
-Bien, todo parece que está en orden, excepto el acabado externo.
-Para satisfacer nuestra curiosidad -dijo Gersen- tal vez nos podría explicar su propósito fundamental.
-Por supuesto. Mi superior pasa largas temporadas en un remoto planeta habitado por bárbaros, que le hostigan con insistencia cada vez que desea trasladarse a otro lugar. La fortaleza le proporcionará seguridad.
-¿Así que la fortaleza es de naturaleza puramente defensiva?
-Exacto. Mi superior es un hombre muy calumniado, pero yo le encuentro razonable en grado sumo. Es osado, emprendedor, incluso temerario, y el más imaginativo de los hombres... pero razonable en todos los aspectos.
-Deduzco que hace un uso imaginativo de la fuerza que inspira el terror.
-Es mucho mejor provocar el temor a una acción brutal que llevarla a cabo, ¿no cree?
-Es posible, pero tengo la impresión de que un hombre tan obsesionado por la noción abstracta de terror ha de experimentar toda clase de terrores incontrolados.
-No se me había ocurrido -dijo asombrado Otwal-, pero creo que comparto su opinión. Un hombre enérgico vive cien vidas; experimenta alegrías, tristezas, éxitos, desazones y, sí, terrores, muchó más que un hombre vulgar. Goza enormemente, sufre enormemente, se asusta enormemente, pero nunca haría las cosas de manera diferente.
-¿Cuál considera usted que es su temor supremo?
-No es ningún secreto: la muerte. Es lo único que teme... y, de hecho, ha tomado extravagantes medidas para evitarla.
-Habla con gran autoridad -musitó Gersen-. ¿Conoce bien a Kokor Hekkus?
-Tanto como a cualquiera. Y, por supuesto, yo también soy un hombre imaginativo a mi modo.
-Y yo -comentó Patch-, pero no resuelvo mis problemas financieros a través de Intercambio.
-Un triste episodio que sugiero relegar al pasado y olvidarlo para siempre -dijo tranquilamente Otwal.
-A usted le resulta fácil decirlo -se lamentó Patch-. No estuvo encarcelado y apartado de sus negocios durante dos meses.
Volvieron al despacho donde Otwal, con cierta tristeza, extendió un cheque por valor de medio millón de UCL; luego, más animado, se marchó. Gersen se dirigió de inmediato a la delegación del Banco de Rígel, donde comprobaron el cheque y lo ingresaron en la cuenta de Construcciones Patch.

Jack Vance "La máquina de matar"