viernes, mayo 06, 2005

Patch, sin aliento, se deshizo en excusas. El mecanismo que controlaba las patas de la parte izquierda había fallado, una deficiencia con la que no contaba. En cualquier caso, el objeto estaba destrozado.
-Mañana -dijo Patch- volveremos al trabajo. No sé lo que habrá sido de mis antiguos clientes, pero siempre cumplí a entera satisfacción sus encargos y es posible que se decidan a confiar en nosotros nuevamente.
-¿Qué clase de defectos consideraba inaceptables Kokor Hekkus?
-El movimiento de las patas -explicó Patch con voz contrita-. Decía que no causaba el efecto deseado. La marcha era demasiado rígida y forzada. Sólo serviría una marcha suave y flexible. Yo enumeré las dificultades y el gasto que ocasionaría un sistema semejante. Incluso tengo serias dudas sobre la viabilidad de este proyecto, considerando la masa de la fortaleza y el terreno que debe atravesar, muy escabroso según creo.
-Mi idea es ésta -dijo Gersen-. Kokor Hekkus nos robó casi medio millón de UCL. Quiero recobrar este dinero.
-Mejor sería olvidarnos de él.
-Pienso que es indispensable recuperar nuestro dinero. Y lo haremos de una forma legal y sin riesgos.
-¿Cómo?
-Modificaremos la fortaleza para que complazca a Kokor Hekkus. Después se la venderemos por el precio estipulado.
-Después de todo no necesitamos su repugnante dinero, obtenido de los crímenes más espantosos. Quizá podamos vender el monstruo como una curiosidad, o poner asientos en la parte de atrás y hacerlo pasar por un excéntrico autocar. ¡No tema, Kirth Gersen! ¡Su dinero está seguro!
-No estoy interesado en el dinero. Quiero a Kokor Hekkus.
Patch llamó al hotel en que Sewman Otwal solía alojarse. Le dijeron que el señor Otwal ya no residía allí y que estaría ausente por un tiempo indefinido.
Patch escuchó las noticias con inmenso alivio. Por indicación de Gersen, y a regañadientes, dejó su nombre y el ruego de que el señor Otwal llamara lo más pronto posible.

Jack Vance "La máquina de matar"