Como si poseyera el don de la clarividencia, Seuman Otwal telefoneó al día siguiente para interesarse por el progreso del ingenio. Patch le aseguró que todo iba bien; que si ése era su deeo podía efectuar una prueba de cuanto quisiera. Otwal accedió. Se cubrió de nuevo la fortaleza, la trasladaron al exterior aprovechando la oscuridad y se dirigieron a los páramos próximos a los Pináculos de Cristal. Otwal siguió las evoluciones desde un vehículo aéreo.
Gersen, con la piel teñida de dos tonos y enjoyado con sus adornos a la moda, tomó los controles y maniobró la fortaleza con gran aplomo arriba y abajo de las estribaciones.
Las armas no habían sido instaladas, según los términos del contrato; sin embargo, los depósitos de gas y las llamadas glándulas odoríferas estaban cargadas de gas humeante y agua coloreada. Fueron arrojados y disparados con precisión y exactitud. Otwal se posó en tierra y se hizo cargo de los controles. Habló muy poco, pero su actitud indicaba aprobación. Patch, también silencioso, se congratulaba interiormente de que la odisea pronto llegaría a su fin.
Jack Vance "La máquina de matar"
Gersen, con la piel teñida de dos tonos y enjoyado con sus adornos a la moda, tomó los controles y maniobró la fortaleza con gran aplomo arriba y abajo de las estribaciones.
Las armas no habían sido instaladas, según los términos del contrato; sin embargo, los depósitos de gas y las llamadas glándulas odoríferas estaban cargadas de gas humeante y agua coloreada. Fueron arrojados y disparados con precisión y exactitud. Otwal se posó en tierra y se hizo cargo de los controles. Habló muy poco, pero su actitud indicaba aprobación. Patch, también silencioso, se congratulaba interiormente de que la odisea pronto llegaría a su fin.
Jack Vance "La máquina de matar"
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