viernes, julio 23, 2004

-Es algo difícil; pero lo intentaré.
-En primer lugar, ¿conocía usted al señor Lugo Teehalt?
-No.
La respuesta fue inmediata y decisiva.
(...)
-Durante la mayor parte de mi juventud viví en la Tierra.
-¿De veras?  -Y Warweave levantó los ojos con exagerado asombro-.  Desde aquí consideramos a los terrestres en términos estereotipados:  cultistas, místicos, hombres siniestros y envejecidos, aristócratas decadentes y cosas por el estilo...
(...)
-¿Le resulta familiar el nombre de Attel Malagate?
-¿Malagate el Funesto?  ¿Uno de los llamados Príncipes Demonio? 
-Lugo Teehalt localizó y descubrió un mundo de unas condiciones en apariencia idílicas...  un mundo más allá de todo valor monetario, más terrestre que la propia Tierra.  Malagate supo del descubrimiento, no sé de qué forma.  En cualquier caso, el resultado ha sido que cuatro de los hombres de Malagate mataron a Teehalt en el Refugio Smade.
Teehalt acababa de llegar poco después que yo.  Tomó tierra en un valle escondido y fue a pie hasta el Refugio.  Los hombres de Malagate llegaron al anochecer.  Teehalt trató de escapar; pero le sorprendieron en la oscuridad y le asesinaron.  Entonces escaparon en mi espacionave pensando que era la de Teehalt, puesto que ambas son del mismo y viejo modelo Nueve B.  Debieron de llevarse una buena sorpresa al comprobar mi monitor.
Al día siguiente salí del planeta Smade en la nave de Teehalt.  Naturalmente tomé posesión de su monitor.  Y he planeado vender el archivo por el precio que me ofrezca el mercado.
-¿Y de quién se propone usted cobrar?
-Daré al fletador de Teehalt la primera oportunidad.  Como he dicho antes el archivo está codificado, y carece de valor mientras no sea descifrado.
-Así, de repente, yo no sé quién pudo haber contratado a ese tal Teehalt.  Fuera quien fuese no querrá comprar cualquier burda patraña que se le quiera mostrar.
-Oh, por supuesto que no.
Y Gersen colocó una fotografía sobre el escritorio.

Jack Vance  "El rey estelar"