martes, junio 22, 2004

No. Ellos no viven en Alphanor. Tampoco en Oliphane. En ningún planeta del Oikumene, ni de Más Allá. Sin embargo, todos ellos ocupan un lugar en el corazón del Barón Bodissey.
Ellos viven en el mundo real, es más, en la cruda realidad. Son los alumnos que tuve este ciclo que está por finalizar, en la Escuela Corregidora de la colonia Corregidora de Mexicali, Baja California.
Llegué a esta escuela hace dos años y medio. De entrada, no me gustó el lugar, ni la escuela. La colonia es pobre, lo que se dice del tercer mundo. Es un terregal. No me era extraño trabajar en un lugar así. Pero, como por primera vez entré a trabajar a la ciudad, después de andar peregrinando por zonas rurales 18 años, esperaba un lugar mejorcito, una escuela que estuviera en una colonia totalmente pavimentada, para empezar.
Pero no.
Trabajar en la ciudad es difícil, en principio porque habemos muchos maestros y es un peleadero para acomodarse. Y también porque en la ciudad como que la gente está más maleada, o se cree mucho.
En este caso, encontré que el nivel académico de los alumnos se encuentra por debajo de la zona rural de Mexicali donde trabajé anteriormente, a pesar de que allá eran más pobres. Sin embargo, allá como la mayoría era gente que viene de otros estados, principalmente de Sinaloa, es gente que viene al norte con ganas de triunfar. Pero en esta colonia la mayoría de la gente tiene ya varias generaciones viviendo aquí, trabajan en maquiladoras, tienen un bajo nivel de escolaridad, y como que no tienen muchas esperanzas en el futuro. Y esa actitud la transmiten a sus hijos.
Este año batallé mucho: con los chamacos, con los padres, con los compañeros maestros. Con los alumnos es lo normal, y más en un medio así; que se desgreñaron a una chamaca, que le pegaron a los más chicos o les tiraron lo que compraron en el recreo, etc. Con los padres, porque me salieron unos padres de familia 'rijosos'. Y con los compañeros porque nunca falta gente que le gusta meterse en lo que no le importa, y que si ve que uno trabaja se enchila porque ellos no. Y que luego buscan como perjudicarte, hacen 'labor' para volver en tu contra la opinión pública, acusándote de cosas que no hiciste o exagerando la nota. Etc.
Por lo anterior, y principalmente por lo último, decidí que el próximo ciclo me iba a cambiar de centro de trabajo. Y se los anuncié, a ver si así dejaban de estar 'jodiendo'. Pasado algún tiempo de no hacerles caso las cosas se calmaron.
La semana pasada hablé con la representante sindical, para consultarle acerca de los cambios. Me desalentó a hacerlo, y propuso que me quedara un año más. Después hablé con el director, también me pidió que me quedara. Y después la 'capitana' de las madres de familia de mi salón, juntó firmas para que les dé clases a sus hijos en sexto (y eso que reprobé a cinco)...
Es muy bonito que te suceda algo así. Así que decidí quedarme, a pesar de los problemas, y de que ahora sí me puedo cambiar a una escuela en puro pavimento; me quedo, porque es aquí donde hago falta.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

hola. Me entretuvo leer este particular diario. You fui a la corregidora para mi educacion primaria, y tu la describiste exactamente como era (oh tal ves es, y ya tengo 33 de edad. Me trajo recuerdos memorables y no tan memorables tambien.
hermes1212001@yahoo.com

10:40 a.m.  

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