lunes, enero 29, 2007

-Gracias, su señoría. Nuestra demanda por daños y perjuicios se basa en la siguiente concatenación de acontecimientos. En la fecha que, en tiempo terrestre, sería el día doscientos doce del año mil quinientos veinticuatro, en la ciudad de Thrump del Planeta de David Alexander, el propietario de la nave Ettilia Gargantyr conspiró con el comandante en jefe de la nave maliciosa y alevosamente para defraudar al Gremio de Proveedores, y estafarles una cantidad a la que tenían legal y perfecto derecho, y luego llevó a cabo su inicuo plan mediante el sencillo y vergonzoso método de...
El presidente Dalt golpeó la mesa con el mazo.
-Si el letrado consigue controlar su indignación, favorecer al tribunal con una simple explicación de los hechos y permitirme decidir la pertinencia de términos como "inicuo" y "vergonzoso", haremos avanzar con más agilidad este caso.
-Gracias, su señoría. Sin duda anticipo mi exposición, pero estamos invocando perjuicios tanto reales como merecedores de castigo, sobre la base de intención maliciosa y predemitación.
-Muy bien, prosiga, pero recuerde que no me agradan las exposiciones subjetivas.
-Gracias, su señoría. La estafa tuvo lugar, como ya he anunciado. Las partes perjudicadas denunciaron los hechos a las autoridades locales, pero la Ettilia Gargantyr había desaparecido, al igual que la Compañía de Transportes Celerus.
La causa fue transferida, a su debido tiempo, al Banco de Cooney.
La llegada de la Ettilia Gargantyr a Rath Eileann trasladó la jurisdicción in rem a este tribunal y, de acuerdo con nuestro mandato de embargo, preparamos una nueva demanda. La Ettilia Gargantyr se halla inmovilizada en el espaciopuerto de Slayhack. Solicitamos por daños y perjuicios una cantidad de doce mil ochocientos veinticinco UCL. Afirmamos que el propietario de la nave, mediante la aparentemente ficticia Compañía de Transportes Celerus, conspiró con malicia y total desprecio de las leyes con el capitán Wislea Tooms en detrimento de los demandantes. Sostenemos que tal conducta merece un severo castigo, a fin de que no vuelva a repetirse, y en ello basamos nuestra demanda por daños y perjuicios.
-Emplea el término "propietario" de la Ettilia Gargantyr. Aborrezco los circunloquios. Identifique a esa persona por su nombre.
-¡Lo lamento, su señoría! No sé su nombre.
-Muy bien. -El martillo volvió a golpear-. Abogado Pingo, ¿tiene algo qué decir?
-Sólo esto, su señoría: la acusación es monstruosa e insensata. Es una aviesa exageración de lo que constituye, a lo sumo, un descuido trivial. No ponemos en tela de juicio que tiempo ha existiera una demanda contra la nave, pero negamos con vehemencia la competencia del Banco de Cooney para actuar en este caso, y consideramos los cargos de intención maliciosa y conspiración fuera de lugar.
-Tendrá la oportunidad de demostrarlo mediante el testimonio de sus clientes. -El presidente Dalt examinó el banquillo de los acusados-. ¿Está presente el propietario legal y acreditado de la nave?
-No, su señoría, no lo está.
-¿Y cómo espera llevar adelante la defensa de los cargos?
-Demostrando su completa absurdidad, su señoría.
-¡Ajá, abogado! Está insultando mi inteligencia. A lo largo de mi carrera he contemplado docenas de absurdos que han acabado convirtiéndose en hechos incontrovertibles. Subrayaré que la acusación es muy concreta; alega intención maliciosa, fraude y conspiración, y estos cargos no pueden atribuirse a la retórica o a la ofuscación. Está haciendo perder el tiempo a este tribunal. ¿Cuanto tiempo le llevará convocar a los demandados?
Pingo se limitó a encogerse de hombros.

Jack Vance "El rostro"