lunes, abril 03, 2006

Torrace da Nossa era músico; un hombre sofisticado y elegante, quizá demasiado blando y bastante presumido, con una naturalidad que hacía difícil profundizar en la conversación. Visitaba el Palacio del Amor como paso previo a la composición de una ópera.
Lerand Wible era un ingeniero naval de la Tierra que acababa de construir un barco de vela de atrevido diseño. Las aletas eran de osmio, las velas eran alas altas de espuma revestida de metal, independientes y sin apoyos. Wible había conocido a Viole Falushe en relación con su fantástica teoría de construir un palacio flotante circular que incluiría una laguna central.
Skebou Diffiani era un hombre taciturno de áspero cabello negro, barba negra rizada y una expresión de desdén y sospecha hacia todos los demás. Provenía de Quantique, lo que explicaba sus modales reservados. Su profesión era jornalero, y su inclusión en el grupo sólo podía explicarse como un capricho de Viole Falushe.
Margary Liever había sido la primera en llegar, cinco días antes. A continuación lo hicieron Tralla y Mornice, y después Skebou Diffiani. Los siguientes fueron Lerand Wible y Torrace da Nossa, y más tarde Hygen Grote y Doranie.
Navarth les abrumó a preguntas, sin dejar de recorrer a largos pasos la terraza, mirando de soslayo a derecha e izquierda. Nadie sabía más que él, nadie sabía dónde se hallaba el Palacio del Amor o cuándo se marcharían. La incertidumbre no les preocupaba; a pesar de las habitaciones exiguas, el hotel ofrecía una cierta comodidad y tenían tiempo para explorar la ciudad: una ciudad laberíntica y misteriosa, con enigmas e incógnitas que fascinaban a unos y trastornaban a otros. Sonó un gong que indicaba la hora de comer. El almuerzo fue servido en un patio sombreado por árboles negros, verdes y escarlata. La cocina era sencilla: tortas, pescado hervido, fruta, una bebida fría de color verde pálido y pasteles de grosella.

Jack Vance "El palacio del amor"