martes, octubre 18, 2005

Alusz Iphigenia se paró a recoger un guijarro redondo de cuarzo.
-¿Qué horrible sustancia extraería de esta piedra?
-Ninguna. -Edelrod desvió la vista algo desconcertado-. Al menos que yo sepa, aunque utilizamos piedras de este tipo para moler semillas de fotis y convertirlas en harina. No tema, su guijarro no es tan inútil como parece.
-Increíble -musitó Alusz Iphigenia arrojando la piedra lejos-, es increíble que haya gente dedicada a tales actividades.
-Estamos al servicio de un fin práctico: todo el mundo necesita veneno alguna vez. Somos expertos en la materia y consideramos un deber profundizar en ella. -Examinó a Alusz Iphigenia con curiosidad-. ¿No lo ha probado nunca?
-No.
-En el hotel encontrará un folleto titulado Introducción al arte de preparar y usar venenos; me parece que incluye una muestra de algunos alcaloides básicos. Si le interesa profundizar en...
-Gracias. No poseo tales inclinaciones.
Edelrod hizo un gesto de cortesía, como admitiendo que cada uno ha de sobrellevar su propia carga en la vida.

Jack Vance "El palacio del amor"