viernes, octubre 14, 2005

La Corporación de Astronaves Distis fabricaba diecinueve modelos distintos, desde una versión de la 9-B al espléndido Distis Imperatrix, de casco negro y dorado. Con los fondos obtenidos de su legendaria estafa a Intercambio, Gersen compró un Pharaon, una espaciosa nave equipada con artilugios tales como un control atmosférico automático, que iba alterando gradualmente, en el curso del viaje, la presión del aire y la composición para equilibrarlas con las de destino.
Rígel y el Grupo quedaron atrás. Delante se extendía una oscuridad tachonada de estrellas. Alusz Iphigenia miró por la escotilla delantera, indecisa. La impaciencia de Gersen por abandonar Alphanor la había asombrado. Había atribuido a una súbita determinación la alteración de sus costumbres; ahora ya no estaba tan segura. Abrió el Manual de los Planetas y leyó el artículo sobre Sarkovy. Gersen, de pie junto al botiquín, preparaba una vacuna contra los posibles sueros, virus y bacilos nocivos de Sarkovy.
-¿Por qué vamos a ese planeta? -preguntó Alusz Iphigenia-. Parece un sitio muy desagradable.
-Quiero hablar con alguien -dijo Gersen con voz tranquila. Le alargó una copa-. Bebe esto; te ahorrarás urticaria e infecciones.
En Sarkovy no existían las formalidades. Gersen tomó tierra en el espaciopuerto de Paing, lo más cerca posible de la terminal, una estructura de madera barnizada. Un empleado les inscribió como visitantes, y en seguida fueron asediados por una docena de individuos vestidos con trajes marrón oscuro con el cuello y los puños de piel de cerdo. Cada uno se proclamaba el más avezado guía y conocedor de la región.
-¿Qué desean, señor, señora? ¿Una visita al pueblo? Soy un cacique...
-Si es el deporte del harbite lo que buscan, sé de tres excelentes bestias en furiosas condiciones.
-Venenos por un trago o una libra. Garantizo potencia y precisión. ¡Confíen en mí para sus venenos!

Jack Vance "El palacio del amor"