domingo, abril 10, 2005

De los siete continentes de Alphanor, Escitia era el mayor, el más densamente poblado y, en opinión de los habitantes de Umbría, Lusitania y Licia, el más bucólico. La provincia de Garreu, enclavada entre el Océano Místico y las Montañas Morgan, era la región más aislada de Escitia.
Gersen llegó a Taube, un somnoliento pueblo barrido por el sol a orillas de la bahía de Jermin, en el vuelo quincenal procedente de la capital de la provincia, Marquari. Encontró un solo vehículo para alquilar: un viejo deslizador de ruidosos cojinetes, proclive a volcar en las bajadas. Gersen preguntó unas direcciones, montó en el coche y tomó la carretera del interior. Subió una pronunciada cuesta, el paisaje brillantemente iluminado por la luz resplandeciente de Rígel.
La ruta serpenteaba entre viñedos, huertos de nudosos árboles frutales, cultivos de coles verdeazuladas y alcachofas, matorrales de bayas nativas. A ambos lados se levantaban granjas, equipadas con placas que absorbían la energía de Rígel. La carretera le llevó hasta una pequeña loma, Gersen bajó para echar un vistazo a los cojinetes. Al sur se extendía el océano, y el terreno se elevaba a partir de la bahía, un tapiz pardo, rosa y blanco que era Taube. Todos los colores del paisaje refulgían, brillaban y bailaban a la luz como pintura todavía fresca. La carretera fue descendiendo hasta que Gersen divisó la villa de Duschane Audmar, Miembro del Grado Noventa y Cuatro del Instituto. Se trataba de una estructura extravagante de piedra y madera blanqueada al sol, a la que daban sombra dos enormes robles y un gingko nativo.
Gersen recorrió el sendero que llevaba a la puerta y llamó con una pesada aldaba de bronce en forma de pata de león. Tras una larga espera se abrió la puerta, y en el umbral apareció una hermosa joven vestida con una blusa campesina.
-He venido para hablar con Duschane Audmar -dijo Gersen.
La mujer le inspeccionó pensativamente.
-¿Puedo preguntar por qué?
-Lo discutiré personalmente con lord Audmar.
-No creo que le reciba. Han ocurrido algunas desgracias familiares y Duschane Audmar no desea ver a nadie.

Jack Vance "La máquina de matar"