sábado, diciembre 18, 2004

Volvieron lentamente a la astronave. Pallis, sentada en el césped, se puso en pie al aproximarse Gersen. No parecía tan ausente como antes, tan desinteresada de todo y tan alejada de su entorno. Se acercó a él, le tomó de un brazo y le sonrió. Su rostro estaba de nuevo fresco y lleno de vida.
-Kirth, me gusta esto, ¿y a tí?
-Sí, Pallis, muchísimo.
-¡Imagínate! -murmuró Pallis con voz trémula-. Una casita en aquella colina. El viejo sir Morton Hoedenfroe tiene una hermosa casa en Blackstone Edge. ¿No sería magnífico, Kirth? Me gustaría, me gustaría...
-Primero, debemos volver a Alphanor, Pallis. Después hablaremos acerca de volver aquí.
-Muy bien, Kirth. -Y le puso los brazos alrededor de los hombros-. ¿Todavía... todavía sigues interesado por mí? ¿Después de lo que ha ocurrido?
-Por supuesto que sí, cariño. -Y los ojos de Gersen se humedecieron sin poder evitarlo-. ¿Qué culpa tienes de todo eso?
-Ninguna. Pero en casa, en Lantago, los hombres son muy celosos...
Gersen prefirió no decir nada. La besó en la frente y le dio unas cariñosas palmaditas en la espalda.
-Bien, Gersen -farfulló Detteras atropelladamente-. Ha hecho usted uso de Kelle y de mí en la forma más caballerosa. No puedo decir que esté contento; pero no tengo nada que lamentar tampoco.
Robin Rampold se aproximó desde la sombra que proyectaba la astronave.
-Hildemar se ha escapado -dijo sombríamente-. Ahora viajará por las montañas, llegará a alguna ciudad y nunca volveré a verle.
-Podrá atravesar las montañas -le explicó Gersen-, pero no encontrará ninguna ciudad.
-He estado observando desde la cima de la colina a través del bosque -dijo Rampold-. Creo que debe de estar por algún sitio cercano.
-Es muy posible.
-Es deprimente. Es suficiente para enloquecer a cualquier hombre.
Gersen tuvo que soltar una carcajada.
-¿Preferiría usted volver a la jaula?
-No, claro que no. Pero entonces yo tenía mis proyectos. De lo que podía hacer cuando fuese libre. Pero ahora soy libre y Hildemar está más allá de mi alcance.
Y se marchó desconsoladamente.
Tras una pausa, Kelle dijo:
-Como científico, encuentro este planeta un lugar fascinante. Como hombre, un sitio encantador. Como Kagge Kelle, antiguo colega de Gyle Warweave, lo encuentro extremadamente deprimente. Estoy preparado para salir de aquí cuanto antes.
-Sí -convino Detteras-. ¿Por qué no?

Jack Vance "El rey estelar"