domingo, diciembre 12, 2004

Detteras miró fijamente a Gersen y de pronto se lanzó sobre él con un grito de triunfo; pero Gersen, con la agilidad de un gato, dio un ligero salto hacia atrás, le cogió por la muñeca, se la retorció y le dio un golpe con el proyector. Detteras cayó hacia atrás cuan largo era.
-Deseo su cooperación, señor Kelle.
-¿Cooperar con un lunático? ¡Nunca!
-Warweave ha estado frecuentemente ausente de la Universidad, por largos períodos. ¿Estoy en lo cierto? Y uno de tales períodos fue muy reciente. ¿De acuerdo?
-No diré nada sobre tal cosa -respondió Detteras apretando los dientes.
-Eso es realmente cierto -dijo Kelle sintiéndose a disgusto-. Supongo que tendrá fuertes razones en que apoyar su acusación.
-Eso es.
-Me gustaría oír algunas de tales razones.
-Forman una larga historia. Es suficiente decir que he venido siguiendo la pista de Malagate hasta la Universidad de las Provincias del Mar y centrado finalmente las posibilidades en ustedes tres. Sospeché de Warweave, casi desde el principio; pero no estuve seguro hasta que ustedes pusieron los pies en este planeta.
-Esto es una broma demasiado pesada -dijo Warweave.
-Este planeta es como la Tierra -continuó impasible Gersen-. Una Tierra que no ha existido desde hace diez mil años. Kelle y Detteras se quedaron maravillados. Kelle se extasió con el paisaje y Detteras, reverentemente, sintió la vida vegetal palpitar en el suelo. Warweave fue a mirarse en el espejo de las aguas. Los Reyes Estelares han evolucionado a partir de una especie de lagartos anfibios que vivían en las charcas. Aparecieron las dríades. Warweave las admiró y pareció considerarlas como un elemento ornamental. Para Kelle y Detteras, y para mí son seres intrusos. Detteras les silbó y Kelle se sintió un tanto impresionado. Nosotros los hombres no deseamos la presencia de tales criaturas en un mundo tan agradable como éste. Pero todo esto era pura teoría. Tras habérmelas ingeniado para capturar a Hildemar Dasce, hice lo posible para convencerle de que Malagate, le había traicionado. Y cuando le di la oportunidad, Dasce le identificó... con el disparo de proyector.
Warweave sacudió la cabeza con aire de lástima.
-Niego todas sus acusaciones. -Y miró a Kelle para preguntarle-. ¿Tú crees eso?
-Estoy confundido, Gyle -respondió Kelle curvando los labios con escepticismo-. He llegado a considerar a Gersen como un hombre competente. Y no creo que sea ni un irresponsable ni un lunático.
Warweave se volvió hacia Detteras.
-Rundle, ¿cuál es tu opinión?
-Yo soy un hombre racionalista, y no puedo tener fe ciega... en ti, en Gersen, ni en ninguna otra persona. Gersen ha expuesto el caso y por sorprendente que parezca, los hechos son abrumadores en contra tuya. ¿Puedes demostrar lo contrario?

Jack Vance "Los príncipes demonio: El rey estelar"