viernes, diciembre 10, 2004

Dasce miró rápidamente al indicador de cargas del proyector. Soltó una carcajada bestial.
-Así será. ¿Quién quiere morir? O mejor, ¿a quién quiero matar? -Y fue mirando a uno tras otro-. Al viejo Rampold... no, ya me divertí bastante con él. Gersen, sí. Me gustaría matarlo. Con un hierro al rojo vivo en la oreja. Pero Malagate... tú, perro cobarde. Me traicionaste. Ahora ya conozco tu sucio juego. No sé por qué me has traído aquí. Pero eres el único que vas a morir.
Y levantó el arma, apuntó y tiró del disparador. Se oyó la energía brotar del arma; pero no proyectó ningún mortífero rayo azulado, sino un pálido chispazo. Arrojó a Warweave al suelo. Gersen cargó contra Dasce. En vez de luchar, Dasce lanzó el arma a la cabeza de Gersen, se volvió y echó a correr por el valle. Gersen recogió el proyector, le abrió la cámara y le insertó una carga completa de energía.
Se dirigió sin prisas hacia donde había caído Warweave, que se levantaba en aquel momento. Detteras gritó rabioso en la propia cara de Gersen:
-¡Tiene usted que ser un retrasado mental para permitir que le quitara de las manos su propia arma un individuo así!
-Pero ¿por qué disparó a Warweave? ¿Es acaso un maníaco? -preguntó Kelle perplejo.
-Sugiero que volvamos a la nave donde el señor Warweave pueda descansar. Sólo había en el arma una carga pequeña, pero suficiente para haberle herido.
Detteras protestó con un bufido y se volvió hacia la nave. Kelle tomó del brazo a Warweave, pero éste se soltó; subió solo la escalera seguido de Detteras y Kelle y por último de Gersen.
-¿Se siente mejor ahora? -preguntó Gersen a Warweave.
-Sí -repuso Warweave-; pero estoy de acuerdo con Detteras. Se ha comportado usted como el mayor de los estúpidos.
-Yo no estoy tan seguro de eso, señor -dijo Gersen-. Sepa que arreglé cuidadosamente todo este asunto.

Jack Vance "El rey estelar"