lunes, junio 07, 2004

Rígel aparecía en el cielo como un punto blancoazulado hacia el cual parecían volar las demás estrellas de su entorno en el vuelo cósmico que realizaba Gersen. Éste poco tenía que hacer, sino contemplar su destino, luchar con la tensión interior, especular con las probables intenciones de Attel Malagate y formular su propio juego de respuestas. El primer problema era: ¿dónde desembarcar? Ciento ochenta y tres espaciopuertos, en veintidós de los veintiséis mundos del Grupo de Rígel, estaban abiertos a su uso legal, lo mismo que sus ilimitados espacios desérticos y tierra abandonada le brindaban la elección de arriesgar un arresto por violación de las leyes de cuarentena.
¿Hasta qué punto desearía Malagate obtener el monitor de Teehalt? ¿Dispondría de una vigilancia adecuada en todos los espaciopuertos? No sería nada fácil tener que montar una guardia en cada espaciopuerto de todo el Oikumene.

Jack Vance "El rey estelar"