domingo, mayo 02, 2004

Narración Objetiva

Santo Domingo: Un Enigma

El cielo azul. Un sol resplandeciente. Juguetonas nubes, como barquillos de vela. Sembradíos amarillentos o verdes. En la lejanía pequeños cerros semidesérticos. Todo ello deslizándose suavemente por las ventanillas de un automóvil, que se desplaza por una carretera recta y negra. En el interior del vehículo Andrés, un niño de diez años, va con su padre rumbo a un poblado llamado "Colonia Guerrero", para arreglar ciertos asuntos. Andrés está pendiente de todos los letreros y señales de la carretera transpeninsular. Letreros tales como: "Ej. Héroes de Chapultepec"; "Camalú"; "Termina Zona Urbana"; "Zona Urbana, Disminuya su velocidad"; "Ej. Emiliano Zapata"; "Misión Santo Domingo 8"... Lentamente el carro pierde velocidad hasta que se detiene.
-¿Por qué nos paramos? -pregunta Andrés, a lo cual su padre responde:
-Una vez, hace mucho tiempo, fuí a Santo Domingo.
-¿Y no volviste?
-No
-¿Cómo es allá? -algunos instantes de silencio.
-No llevamos prisa, podríamos ir; es un lugar interesante.
El vehículo dá marcha hacia atrás, hasta llegar a la entrada de la misión. Un giro a la izquierda, y entran a la terracería que conduce a Santo Domingo, un tramo de ocho kilómetros. Algunas casitas a lo lejos, otras cerca. Se miran sembradíos de tomate, ya no hay campesinos, ha pasado la hora de la jornada. El camino comienza a serpentear en altos, curvas y bajos. Un gran conjunto de naranjos, custodiados celosamente por trabajadores mixtecos, y se terminan las casas y los sembradíos. Avanzando en terreno semidesértico, en soledad. Temina el llano y empiezan los cerros, anunciados por "La Peña Colorada". Curvas, altos, bajos. Llegan al arroyo; debe cruzarse con precaución, pues, si se mojan los cables, se acaba el paseo. Sólo los carros altos lo pueden cruzar.

Continuará...