martes, abril 20, 2004

"Teehalt tomó tierra con su baqueteado Nueve-B en una pradera cerca del río. Esperó hasta que el analizador hizo las comprobaciones oportunas del entorno, aunque un paisaje tan bello como aquél no podría dejar de ser habitable. Teehalt, que era una mezcla de universitario, poeta y niño aventurero, así lo había pensado.
No estaba equivocado. La atmósfera demostraba ser respirable, los análisis de sensibilidad alérgica negativos, los microorganismos del aire y la tierra morían rápidamente bajo el contacto del antibiótico que Teehalt se había administrado. No había razón alguna para que no saliera inmediatamente a ver aquel mundo y así lo hizo."

Jack Vance "Los principes demonio: El rey estelar"