lunes, mayo 14, 2007

-Muy bien. ¿Dónde nació?
-En Dar Sai. Soy darsh.
Una sonrisa presuntuosa ensanchó la boca del hombre.
-¿Y cuál fue su nombre de pila?
-Esa cuestión es irrelevante.
La luz roja parpadeó, y después brilló la verde.
-Qué extraño -musitó el presidente. Se decidió a formular él mismo la pregunta-: ¿Desde cuándo se le conoce como Lens Larque?
-Eso no es importante.
La luz roja se encendió.
-¿Alguien le ha adjudicado recientemente, digamos hace una o dos semanas, el nombre "Lens Larque"?
Los ojos del darsh parecieron salirse de las órbitas, y sacudió los hombros.
-Esa pregunta es insultante.
-No me gusta su tono. -El presidente Dalt se inclinó bruscamente hacia adelante-. O usted es Lens Larque y vamos al meollo del caso, o no lo es, y usted y el señor Panshaw han cometido un delito muy serio.
-Esto es una farsa -gruñó el darsh-. Acepten el hecho de que soy Lens Larque y hagan sus preguntas.
-Si usted es Lens Larque, respóndame a esto -dijo el presidente Dalt con ojos centelleantes-: ¿Quiénes eran sus cómplices en el ataque a Monte Agradable?
-Bah, olvidé esos detalles.
-¿Qué le sugiere el nombre "Husse"?
-Nunca recuerdo los nombres.
-Tal vez, pero usted no es, evidentemente, Lens Larque. Por última vez, declare la identidad bajo la que ha vivido durante los últimos veinte años.
-Soy Lens Larque.
La luz roja se encendió en el indicador.
-Y yo les acuso a usted y a Ottile Panshaw de conspiración, perjurio y fraude. Secretario, ponga a esos hombres bajo arresto. Enciérrelos en celdas separadas.
El secretario hinchó los carrillos y avanzó con cautela.
-Desde este momento considérense detenidos. ¡Quietos! ¡Ni un movimiento! ¡Represento todo el peso de la ley vegana!
Los ojos de Ottile Panshaw expresaron una profunda tristeza y preocupación.
-Señor presidente, les suplico comprensión. ¡Tenga en cuenta las especiales circunstancias!
-Acaba de causar un profundo perjuicio a su caso -habló con frialdad el presidente Dalt-. Estoy dispuesto a fallar a favor de los demandantes, a menos que Lens Larque se presente de inmediato. Puede usar ese teléfono para llamarle. Estoy harto de tretas.
Ottile Panshaw exhibió su triste y tortuosa sonrisa.
-Lens Larque es famoso por sus tretas. -Hizo una pausa y después prosiguió en un tono casi confidencial-: Le aseguro que el Banco de Cooney jamás tendrá el placer de llevar a Lens Larque ante los tribunales.
-¿Qué significan sus palabras?
-Las naves desaparecen. No de una, sino de muchas maneras. ¡Recuerde las tretas! Le ruego que acepte mis más sinceras disculpas y nos deje marchar.
-¡Alto! -gritó el secretario-. ¡Están bajo mi custodia!
El darsh miró a Ottile Panshaw.
-¿Todos ellos?

Jack Vance "El rostro"