lunes, marzo 19, 2007

Al salir del restaurante, Gersen y Rackrose fueron hacia la parte trasera del edificio, y se aproximaron a la puerta de hierro. Entre los barrotes vieron a Tintle acurrucado al sol bajo uno de los cobertizos.
-¡Tintle! ¡Eh, Tintle! -le llamó Gersen.
Tintle se puso poco a poco en pie; un hombre regordete, de piel cobriza y facciones toscas. Avanzó unos pasos y escudriñó con desconfianza.
-¿Qué quiere de mí?
-¿Es usted el Tintle que vigilaba el almacén de Kotzash? Nos gustaría escuchar su versión del caso.
-Ya he tenido bastante. Investigue a Ottile Panshaw.
Tintle dio media vuelta y se dirigió hacia su cobertizo.
-¡Espere un momento! Aún no hemos hablado de los beneficios.
-¿Qué clase de beneficios?
-En primer lugar, una gratificación por el tiempo que nos dispense. En segundo, el castigo de los ladrones.
-¿Cuánto me ofrecen?
-Dependerá de lo que nos diga. Cinco UCL, como mínimo.
Tintle miró hacia las ventanas de la parte trasera del restaurante.
-Allí está, la gran rata que acecha en su madriguera. Sugiero que tengamos esta conversación en la taberna al otro lado de la calle.
-Como desee.Tintle abrió la puerta y salió al callejón.
-La bruja se ofenderá de manera inimaginable cuando nos vea ir a la taberna, y comeré aguachirle durante una semana, pero vayámonos. Un hombre jamás debe prestar atención a las protestas de una mujer.

Negros pilotes que emergían de las aguas del lago Beamish sostenían la parte posterior de La Taberna de Groary. Los tres hombres tomaron asiento alrededor de una mesa de madera. Tintle se inclinó hacia delante, y Gersen creyó percibir vagos efluvios de un hedor nauseabundo. ¿Imaginación? ¿Tintle? ¿Emanaciones del fondo del lago?
-Creo que mencionaron cinco UCL -dijo Tintle.
Gersen puso el dinero sobre la mesa.
-Estamos interesados en el robo de Kotzash. Recuerde que si el botín fuera recuperado, podríamos restituirle su honor e indemnizarle por los perjuicios sufridos.
-¿Me toma por idiota? -rió Tintle con sarcasmo-. En la vida real no se producen acontecimientos tan milagrosos. Les diré lo que sé, me guardaré el dinero y punto.
Gersen se encogió de hombros.
-Usted era el vigilante del almacén de Kotzash. ¿Qué es exactamente "Kotzash"?
-Ottile Panshaw creó la corporación. Los mineros entregaban los duodecimates a Panshaw, que les pagaba en acciones de la Compañía Kotzash. Las acciones podrían ser canjeadas por UCL en cualquier momento. Todo iba bien, y el almacén de Serjeuz rebosaba de paquetes de excelentes duodecimates. ¿Cómo iba a resistir la tentación Lens Larque? Hay quien dice que Ottile Panshaw le dio el soplo cuando el almacén estuvo al límte de su capacidad, y Lens Larque desembarcó una noche en el recinto con su gran nave negra. Sus esbirros se precipitaron sobre el almacén, y aún tuve suerte de salir con vida, porque me hubieran matado sin dudarlo un instante. Esta consideración no aplacó la rabia general. Preguntaron por qué yo, el guardia oficial, no había sabido proteger el almacén, y por qué la puerta principal estaba mal cerrada. Acusé a Ottile Panshaw, pero se hallaba ausente. En consecuencia, fui conducido al Sumidero Central y despedido.
-Una triste historia -se condolió Gersen-. Pero, dígame, ¿cómo sabe que Lens Larque fue el culpable?
Tintle menenó con violencia la cabeza.
-Ya le he dicho bastante. No es saludable mencionar tantas veces ese nombre.

Jack Vance "El rostro"