viernes, diciembre 08, 2006

Gersen abandonó el Domus y caminó hacia el norte por el paseo central del Invernadero de los Naranjos. Torció hacia el este en la Gran Explanada, siguiendo la curva del lago, y cruzó un camino empedrado que conducía al Estremont, una maciza estructura de pórfido gris plateado, construida sobre cuatro niveles escalonados y rematada por cuatro altas torres y una cúpula central. En el Departamento de Justicia llevó a cabo una serie de investigaciones, y después, más pensativo que antes, regresó al Domus.
Ya en sus aposentos, tomó papel y pluma y redactó una minuciosa lista de fechas y acontecimientos, que luego repasó varias veces. Se volvió hacia el comunicador y se puso en contacto con Jehan Addels.
-Actúe según las directrices que comentamos, por favor. Adquiera el Banco de Cooney, y abra de inmediato una sucursal local. Después, en cuanto la Gargantyr abra la escotilla, caiga sobre ella con todos los papeles que se le ocurran.
-Como usted diga.
-Recuerde que estamos tratando con gente a quien no le importa en absoluto la ley, por decirlo de una manera suave. Asegúrese de que la nave queda a buen recaudo. Entregue los documentos acompañado de un pelotón de policías, y obligue a la tripulación a bajar a tierra. Precinte la puerta con una barra energética, selle los cierres con explosivos y rodee de cadenas la bodega. Luego, sitúe una guarnición de al menos seis hombres fuertemente armados, que se vayan relevando cada ocho horas. Quiero estar seguro de que la nave no saldrá de Rath Eileann. Queremos dar tiempo al propietario para que acuda. Nuestra acusación debe alegar premeditación, conspiración y una deliberada política de fraude interestelar..., cargos que sólo el propietario puede negar.
-Se sentará en el banquillo de los acusados y lo negará todo. El tribunal dará el caso por sobreseído, y a usted no le quedará otra alternativa que barrer la sala.
-Mi querido Addels, está claro que no comprende mis intenciones.
-En ese caso -repuso Addels con frialdad-, no me tomaré la molestia de hacer especulaciones.

Jack Vance "El rostro"