sábado, febrero 12, 2005

Al día siguiente, Gersen llegó al espaciopuerto de Avente un poco antes del mediodía. Subió a su ascética nave y hojeó la Agenda Estelar. Un sobre de papel manila contenía algunas fotografías y una descripción gráfica. El señor Hoskins, con sombrero y la piel tostada, aparecía vestido con trajes diferentes. Tenía el aspecto de un hombre ya maduro, de cuerpo grande y frondón, ojos afables, boca ancha provista de fuertes dientes y una pequeña nariz de ave rapaz. El señor Hoskins era un terráqueo, según se desprendía de sus vestidos y del color de la piel, similares, pero diferentes en algunos detalles, de los habitantes de Alphanor. Gersen dejó a un lado el expediente; se resistía a emprender viaje a la Tierra, donde probablemente podría identificar al señor Hoskins. Este desvío implicaría una pérdida excesiva de tiempo...
Media hora después, Alphanor no era más que un globo brillante alejándose por la proa. Gersen conectó el monitor y observó cómo la proa de la nave se deslizaba en el cielo, hasta desviarse unos sesenta grados de línea imaginaria que unía Rígel con sol.
El acelerador Jarnell tomó el control de la nave o, para decirlo con más exactitud, creó las condiciones para que un pequeño empuje causara una traslación casi instantánea.
Pasó el tiempo. Algunos fotones se introducían casualmente en la nave a través de las láminas Jarnell, a fin de permitir la visión del universo externo: centenares, millares de estrellas que centelleaban como chispas en el viento. Gersen efectuó una cuidadosa medición de la trayectoria tomando como coordenadas Sol, Canopus y Rígel. Al poco rato la nave cruzó la frontera entre el Oikumene y Más Allá: la ley, el orden y la civilización dejaban de existir formalmente. Un cálculo sobre la dirección de la ruta le permitió identificar Mundo Malo: Carina LO-461 IV en la Agenda Estelar, El Final de Blissom en la terminología de Más Allá. Hacía setecientos años que Henry Blissom había muerto; el mundo, o al menos la región que circundaba a Skouse, la principal ciudad, era ahora el coto de caza de la familia Windle. Mundo Malo no era un nombre inapropiado, pensó Gersen; de hecho, si ponía el pie en Skouse sin una buena razón (y debía reconocer que no tenía ninguna) sería detenido en el acto por la patrulla local Anticomadrejas*. le interrogarían enérgicamente y, en el mejor de los casos, le darían diez minutos para abandonar el planeta. Si sospechaban que era una comadreja le matarían. Gersen maldijo a Ben Zaum y a su retorcida discreción. Si hubiera sabido su verdadero destino habría tomado otra clase de precauciones.

* La única organización interplanetaria de Más Allá, encargada de identificar y destruir a los agentes infiltrados de la PCI.

Jack Vance "La máquina de matar"