martes, noviembre 23, 2004

En el salón, Gersen permanecía sentado en un sofá comodamente. Los tres prohombres de la Universidad -uno de los cuales no era un hombre- se sentaban juntos al otro extremo. Allí estaba Kelle, suave, fastidioso, de físico compacto; Warweave, ectomórfico y saturnino, y Detteras, corpulento, inquieto y caprichoso. Gersen miró especialmente a su sospechoso, constatando cada movimiento, cada palabra y cada gesto para corroborar su sospecha, buscando cualquier signo que demostrase la evidencia que precisaba. Pallis permanecía sentada, perdida en un sueño ausente. De vez en cuando sus facciones se retorcían de dolor y sus dedos se agarrotaban en las palmas de sus manos. No, no tendría ningún escrúpulo en matar a Hildemar Dasce. Robin Rampold continuaba examinando los microfilms de la librería, mirando el índice y acariciándose la barbilla con aire pensativo.

Jack Vance "El rey estelar"