viernes, septiembre 17, 2004

-Eso recuerda bastante bien a los primitivos protohumanos de la vieja Tierra -comentó Pallis.
-Nadie tiene la seguridad -continuó Gersen-. Pero al menos hay una cosa cierta: no son humanos. Lo que saben los Reyes Estelares no lo dicen jamás a nadie. Bien; tales bípedos diferían de los protohumanos en diversos aspectos: eran biológicamente mucho más flexibles, capaces de transmitir los caracteres adquiridos. En segundo lugar, no son bisexuales. El cruce de fertilizaión se produce por medio de esporas emitidas por la respiración, ya que cada individuo es macho y hembra al propio tiempo, y los jóvenes se desarrollan como una especie de capullo, como los gusanos de seda, en las axilas de los adultos. Quizá la falta de diferenciación sexual haga que los Reyes Estelares estén desprovistos de vanidad física. Su instinto fundamental es vencer, la urgencia de sobrepasar a las demás criaturas, sobrevivir a costa de quién sea y cómo sea. La flexibilidad biológica unida a una rudimentaria intelgencia les proveía de medios para alcanzar sus ambiciones y comenzaron a multiplicarse en criaturas que pudieron superar a sus competidores, menos dotados de recursos.

Jack Vance "El rey estelar"